RESUMEN
- La prevalencia del trastorno del espectro autista (TEA) parece haber aumentado desde la década de 1980. Gran parte de esta tendencia se explica por los cambios en la definición del caso y una mayor conciencia de ASD. No está claro si la incidencia real del autismo ha aumentado o no.
- El aumento real o percibido en los casos de TEA ocurrió en un momento en que también aumentó la cantidad de vacunas infantiles recomendadas. Los padres de niños con TEA y algunos profesionales identificaron una asociación temporal entre las inmunizaciones y la aparición de síntomas más evidentes de TEA en el segundo año de vida, lo que lleva a la especulación de que ciertas vacunas o constituyentes de la vacuna pueden desempeñar un papel en el desarrollo de TEA.
- Múltiples estudios epidemiológicos grandes y bien diseñados y revisiones sistemáticas no respaldan una asociación entre la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola y el ASD.
- De manera similar, múltiples estudios epidemiológicos grandes y bien diseñados y revisiones sistemáticas no respaldan una asociación entre el timerosal y el ASD.
- La administración de vacunas infantiles ha llevado a una disminución en la incidencia de enfermedades infantiles que pueden tener secuelas graves (figura 1). Retener las vacunas de un niño debido a un riesgo hipotético pone al niño en riesgo de una infección real que puede tener secuelas reales.
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